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«La inquietante obra de John Huston con Marlon Brando y Elizabeth Taylor, un clásico del sur profundo que puedes ver gratis online»
Introducción
En el paisaje aparentemente ordenado de una base militar en el sur de los Estados Unidos, se desata una trama de deseos, traiciones, sombras y silencios que amenaza con romper el cascarón de la respetabilidad. Reflejos de un ojo dorado (1967), dirigida por John Huston, adapta la turbulenta novela de Carson McCullers y devuelve al cine un retrato poderoso —y poco común para su época— de la represión, la sexualidad oculta y el voyeurismo.
Hoy, en esta web de cine clásico donde ya se puede ver online y gratis, recuperamos este film que desafía sus propias convenciones y que sigue resonando con fuerza más de cinco décadas después.
El esplendor de sus intérpretes —Marlon Brando y Elizabeth Taylor— y la valentía temática de Huston hacen de esta obra un hito de ambiciones formales y narrativas. La película se mueve en un territorio incómodo, en el que el deber, la masculinidad, el deseo y la mirada devoran a sus personajes. Una pieza para cinéfilos exigentes que ofrece una experiencia que trasciende el simple entretenimiento.

Datos técnicos
- Título original: Reflections in a Golden Eye
- Título en España: Reflejos de un ojo dorado
- Año de producción: 1967
- Director: John Huston
- Guion: Chapman Mortimer y Gladys Hill, basado en la novela de Carson McCullers
- Producción: Ray Stark para Warner Bros.–Seven Arts
- Fotografía: Aldo Tonti
- Música: Toshiro Mayuzumi
- Duración: 108 minutos
- País: Estados Unidos
- Formato: Color, ratio 2,35:1 (Cinemascope)
- Reparto principal:
- Elizabeth Taylor como Leonora Penderton
- Marlon Brando como Mayor Weldon Penderton
- Brian Keith como Teniente-Coronel Morris Langdon
- Julie Harris como Alison Langdon
- Robert Forster como Soldado L. G. Williams
- Zorro David como Anacleto
- Fecha de estreno: 13 de octubre de 1967
- Disponible: En esta web de cine clásico puedes verla online y gratis.
Trama
La historia se ambienta en un fuerte militar en Georgia, en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. El Mayor Weldon Penderton vive junto a su esposa Leonora, una belleza de carácter fuerte que, pese a su estatus, se siente cada vez más desencantada del matrimonio. Weldon, por su parte, carga con silencios y deseos no declarados, mientras su mujer se entrega a un romance con el Teniente-Coronel Morris Langdon. El joven soldado Williams, encargado de los establos, observa los movimientos de todos con una mezcla de fascinación y desasosiego.
Leonora, insatisfecha por la pasividad de su esposo, busca reafirmarse a través de su relación con Langdon; el ambiente férreo del cuartel contrasta con la intimidad secreta que crece entre los personajes. A su alrededor, Alison Langdon, esposa de Morris, vive encerrada en su neurosis, acompañada por el criado filipino Anacleto, cuya presencia añade una nota exótica y melancólica.
A medida que los silencios se prolongan y las miradas se cruzan, el deseo reprimido toma formas inquietantes. El soldado Williams se convierte en objeto de la atención oculta del Mayor Penderton. Las apariencias militares esconden humillaciones, agresividades contenidas y fantasmas de identidad. Finalmente, el impulso de violencia se desencadena, cumpliendo la advertencia inicial del film: el asesinato se consuma y la mirada dorada revela lo que se había negado a aceptar.
Producción y rodaje
La película adapta la novela de Carson McCullers publicada en 1941. John Huston, uno de los grandes autores del Hollywood clásico, asumió el reto de llevar a la pantalla una historia marcada por la represión sexual, el poder y la alienación.
El proyecto tuvo una larga gestación. Inicialmente, Huston había pensado en Montgomery Clift para el papel del Mayor Penderton, pero la muerte del actor en 1966 truncó esa posibilidad. Elizabeth Taylor, amiga cercana de Clift, aceptó seguir adelante con el proyecto junto a Marlon Brando, que finalmente asumió el rol principal.
El rodaje se realizó entre Estados Unidos e Italia, incluyendo exteriores que recreaban el sur norteamericano. Huston imprimió un tono visual denso y simbólico: el color dorado domina la fotografía, aludiendo al “ojo dorado” del título. La primera versión de la película se estrenó íntegramente teñida en tonos dorados, una idea de Huston para simbolizar la mirada distorsionada de sus personajes. Sin embargo, el público reaccionó con desconcierto, y la versión que finalmente circuló en cines adoptó colores naturales.
El director buscó un estilo claustrofóbico y cargado de metáforas, mostrando los cuarteles como un microcosmos moral en descomposición. El caballo, los espejos y la luz se convierten en elementos visuales de deseo, libertad y represión.
Anécdotas y curiosidades
- John Huston quiso que la propia Carson McCullers adaptara su novela, pero su estado de salud lo impidió.
- La primera copia del film tenía un filtro dorado permanente, retirado tras su mala acogida inicial.
- Marlon Brando estudió los gestos de Montgomery Clift para mantener el tono emocional que Huston buscaba.
- La escena del soldado Williams montando a caballo desnudo fue una de las más comentadas del cine de los años sesenta.
- Elizabeth Taylor aceptó el papel para honrar la memoria de su amigo Clift.
- El film es considerado pionero en mostrar de forma velada la homosexualidad en el ejército, algo inaudito en 1967.
- La estética dorada, las luces bajas y los espejos se usaron para crear un ambiente de voyeurismo constante.

Premios y reconocimientos
Aunque su recepción inicial fue fría, con el tiempo Reflejos de un ojo dorado ha ganado prestigio y es hoy una obra de culto dentro del cine psicológico y del llamado “gótico sureño”. Fue destacada por la crítica por la interpretación contenida de Marlon Brando y el trabajo visual de Aldo Tonti. La National Society of Film Critics la mencionó entre las producciones más arriesgadas de 1967.
Actualmente, se estudia en escuelas de cine por su audacia narrativa y por ser una de las películas estadounidenses más explícitas en abordar la represión sexual masculina dentro de un contexto militar.
Conclusión y motivo para verla
Reflejos de un ojo dorado no es una película fácil ni complaciente. Es una obra que exige atención y reflexión, un retrato incómodo del deseo, la frustración y la máscara social. John Huston la convierte en un ejercicio de introspección que revela la oscuridad del alma humana bajo el orden aparente del ejército y la moral burguesa.
Verla hoy supone redescubrir un cine valiente, con interpretaciones magistrales de Brando y Taylor, y una atmósfera visual que mezcla sensualidad y tragedia.
Motivo principal para verla: porque es una joya oculta del cine clásico que se adelantó a su tiempo al abordar temas como la represión, la identidad y el deseo. Además, puedes disfrutarla online y gratis en esta web de cine clásico, donde los grandes títulos del pasado siguen vivos para nuevas generaciones.

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