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«Joan Crawford encarna a una matriarca implacable en un drama familiar cargado de tensión y secretos»
Introducción
En 1955, Hollywood estrenó una de las películas más intensas y reveladoras del drama sureño: La abeja reina (Queen Bee), dirigida por Ranald MacDougall y protagonizada por la imponente Joan Crawford. Enmarcada dentro del melodrama gótico sureño, la cinta expone la hipocresía social, la ambición desmedida y las complejas dinámicas de poder en una familia marcada por la manipulación.
Más allá de su trama, la película se convirtió en un reflejo de la imagen que Joan Crawford consolidó en la pantalla: mujeres dominantes, de fuerte carácter y capaces de arrastrar a quienes las rodean a situaciones extremas. Con fotografía oscura y un guion lleno de giros, La abeja reina (1955) sigue siendo un título clave para entender la evolución del drama familiar en el cine estadounidense de mediados del siglo XX.
Datos técnicos
- Título original: Queen Bee
- Año de estreno: 1955 (Estados Unidos: 7 de noviembre)
- Director: Ranald MacDougall
- Guion: Ranald MacDougall (basado en la novela de Edna L. Lee)
- Música: George Duning
- Fotografía: Charles Lang
- Duración: 95 minutos
- Reparto principal:
- Joan Crawford como Eva Phillips
- Barry Sullivan como Avery Phillips
- Betsy Palmer como Jennifer Stewart
- John Ireland como Judson Prentiss
- Fay Wray como Sue McKinnon
Trama
La historia se sitúa en el sur de Estados Unidos, en una lujosa mansión donde la joven Jennifer Stewart llega para convivir con su prima Eva Phillips y su familia. Pronto descubrirá que el hogar está gobernado con mano de hierro por Eva, una mujer dominante, bella y calculadora que manipula a quienes la rodean para mantener su poder.
El marido de Eva, Avery, es un hombre alcohólico y desencantado, víctima de los caprichos de su esposa. La tensión crece cuando Eva interfiere en la relación entre Jennifer y Judson Prentiss, el administrador de la finca. Con sus intrigas y juegos psicológicos, Eva desencadena un ambiente asfixiante que llevará a todos a un desenlace trágico e inevitable.
Con una narrativa cargada de simbolismo, la película presenta a Eva como la «abeja reina»: un ser que brilla en el centro de su colmena, pero cuya tiranía termina por destruir a quienes dependen de ella.
Producción y rodaje
La abeja reina se basó en la novela homónima de Edna L. Lee, publicada en 1949, y fue producida por Jerry Wald para Columbia Pictures. Ranald MacDougall, guionista de Mildred Pierce (también con Crawford), asumió la dirección y el guion, ofreciendo un retrato oscuro y opresivo de las dinámicas familiares en el sur estadounidense.
El rodaje se desarrolló en estudios de Hollywood, recreando la atmósfera sureña con interiores recargados y una fotografía que reforzaba la sensación de encierro. La interpretación de Joan Crawford se convirtió en el eje central del proyecto, consolidando su imagen de mujer fuerte y destructiva, un rol que marcó gran parte de su carrera en los años cincuenta.
Anécdotas y curiosidades
- La película reforzó la fama de Joan Crawford como “la reina del melodrama”, consolidada tras el éxito de Mildred Pierce (1945).
- Barry Sullivan, quien interpreta al marido de Eva, ya había trabajado con Crawford en otras producciones, lo que facilitó la química en pantalla.
- La cinta es considerada un ejemplo clásico del “southern gothic” en el cine, un subgénero caracterizado por ambientes decadentes y personajes dominados por pasiones extremas.
- Joan Crawford ejerció gran influencia en el rodaje, participando en decisiones estéticas y en la selección de vestuario para acentuar la imponente presencia de su personaje.
Premios y reconocimientos
- Premios Óscar 1956:
- Nominación a Mejor Fotografía en blanco y negro (Charles Lang).
- La película fue bien recibida por la crítica en su estreno, destacando la intensidad de la interpretación de Crawford.
- Con el tiempo, ha sido revalorizada como una de las mejores muestras del drama psicológico de la época.
Conclusión
La abeja reina (1955) es un retrato descarnado del poder, la ambición y la manipulación dentro de una familia sureña atrapada en su propia decadencia. Su atmósfera opresiva, unida a la magistral interpretación de Joan Crawford, hacen de esta película un clásico imprescindible del drama gótico estadounidense.
Motivo para verla
Hay que ver La abeja reina porque muestra a Joan Crawford en uno de sus papeles más emblemáticos, en una historia cargada de tensión y simbolismo que revela hasta dónde puede llegar la ambición en un mundo marcado por el poder y la apariencia.
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