«El chico del Bronx que se convirtió en estrella»
Introducción
Tony Curtis fue uno de los actores más carismáticos y versátiles del cine clásico de Hollywood. Nacido como Bernard Schwartz en 1925, Curtis logró reinventarse a sí mismo y dejar una huella imborrable en la industria cinematográfica. Con su atractivo físico, su talento para la comedia y su capacidad dramática, se convirtió en una estrella taquillera de los años cincuenta y sesenta, trabajando con directores de renombre y compartiendo pantalla con algunos de los intérpretes más grandes de su generación.
Más allá de su faceta de galán, Curtis supo demostrar que poseía una gran profundidad actoral en títulos como Fugitivos (1958) y Chantaje en Broadway (1957). A lo largo de su vida filmó más de 120 películas, se convirtió en un icono de la cultura popular y, hasta el final de sus días, fue recordado como uno de los últimos grandes mitos de la era dorada de Hollywood.
Biografía y primeros años
Tony Curtis nació el 3 de junio de 1925 en el barrio del Bronx, Nueva York, hijo de inmigrantes judíos húngaros. Creció en una familia humilde y tuvo una infancia complicada, marcada por la pobreza y la dificultad para comunicarse, ya que el inglés no fue su primer idioma.
Durante su juventud, Curtis sirvió en la Marina de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, participando en operaciones en el Pacífico. A su regreso, decidió estudiar interpretación en la New School for Social Research y en el Neighborhood Playhouse, donde tuvo como maestro al legendario Sanford Meisner.
En 1949 firmó contrato con Universal Pictures, que lo rebautizó como Tony Curtis para darle un nombre más comercial y atractivo para la industria del cine.
Ascenso en Hollywood
Curtis debutó en pequeños papeles, pero su atractivo físico y su energía en pantalla rápidamente llamaron la atención del público. En los años cincuenta comenzó a consolidarse como estrella en cintas de aventuras y acción, como Winchester 73 (1950) y El príncipe ladronzuelo (1951).
Su carrera dio un giro con El gran Houdini (1953), donde interpretó al célebre ilusionista junto a su entonces esposa Janet Leigh. El film fue un éxito y consolidó la pareja como una de las más queridas del Hollywood de la época.
En 1957 sorprendió a la crítica con su interpretación en Chantaje en Broadway, donde dio vida a un ambicioso agente de prensa junto a Burt Lancaster. Ese mismo período lo confirmó como actor serio, capaz de ir más allá de la comedia ligera.
Éxitos y películas destacadas
- Chantaje en Broadway (1957): Una de sus mejores interpretaciones dramáticas, bajo la dirección de Alexander Mackendrick.
- Fugitivos (1958): Compartió protagonismo con Sidney Poitier en este drama sobre racismo y libertad. Su papel le valió una nominación al Óscar como Mejor Actor.
- Con faldas y a lo loco (1959): La comedia de Billy Wilder, junto a Marilyn Monroe y Jack Lemmon, se convirtió en una de las películas más célebres de la historia del cine. Su papel de Joe/Josephine consolidó su talento para la farsa y la comedia sofisticada.
- Espartaco (1960): Interpretó a Antonino, un joven esclavo, en la épica dirigida por Stanley Kubrick, compartiendo escenas con Kirk Douglas y Laurence Olivier.
- La carrera del siglo (1965): Una comedia de aventuras en la que Curtis interpretó a un héroe galante, reforzando su imagen de ídolo popular.
A lo largo de los años sesenta y setenta, aunque su estatus de estrella decayó con el auge de una nueva generación de actores, Curtis siguió trabajando en cine y televisión, mostrando su versatilidad en dramas, comedias y thrillers.
Vida personal
Tony Curtis estuvo casado en seis ocasiones. Su matrimonio más famoso fue con la actriz Janet Leigh (1951-1962), con quien tuvo dos hijas: Kelly Curtis y Jamie Lee Curtis, quien se convertiría en una reconocida actriz de Hollywood.
Curtis tuvo una vida personal intensa, marcada por romances, excesos y un estilo de vida propio de las grandes estrellas de su época. También luchó contra adicciones y problemas de salud, especialmente a partir de los años setenta.
Últimos años y legado
En las décadas finales de su vida, Curtis redujo su actividad cinematográfica, pero se mantuvo activo en el mundo del arte. Se dedicó con pasión a la pintura, exhibiendo sus obras en varias galerías internacionales.
Falleció el 29 de septiembre de 2010 en Henderson, Nevada, a los 85 años, dejando un legado imborrable como uno de los actores más icónicos del siglo XX.
Premios y reconocimientos
- Nominación al Óscar: Mejor Actor por Fugitivos (1958).
- Nominación al BAFTA: Mejor Actor por Fugitivos.
- Globos de Oro: Recibió varias nominaciones y un premio honorífico por su trayectoria.
- En 1995 recibió la medalla nacional de las artes en Estados Unidos.
- Posee una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.
Curiosidades
- Su verdadero nombre era Bernard Schwartz, pero Universal lo cambió porque no sonaba «apropiado para una estrella».
- En Con faldas y a lo loco, imitó a Cary Grant en varias escenas, un detalle que se convirtió en una de las grandes bromas internas de la película.
- A pesar de su imagen de galán, Curtis confesó que le costaba aceptar papeles secundarios, lo que en ocasiones afectó su carrera.
- Era un apasionado del arte y llegó a decir que encontraba en la pintura una libertad que no siempre tenía en el cine.
Conclusión
Tony Curtis fue mucho más que un galán de Hollywood. Supo combinar el carisma y la belleza con un verdadero talento para la actuación, transitando con naturalidad entre la comedia, el drama y el cine de aventuras. Su legado se sostiene en películas que siguen siendo referentes del séptimo arte y en una vida que refleja la grandeza y los excesos de la era dorada de Hollywood.
Motivo para recordarlo
Porque Tony Curtis representa la esencia del cine clásico: glamour, talento y un carisma inmortal que todavía hoy conquista a nuevas generaciones de cinéfilos.
No dejes de visitar nuestra página para estar al día sobre los actores, actrices y películas que marcaron una época https://leyendasdelcine.com
