“Entre glamour y rivalidades: la carrera inolvidable de Joan Fontaine en Hollywood”
Introducción
Joan de Beauvoir de Havilland, más conocida como Joan Fontaine, fue una destacada actriz de la Época Dorada de Hollywood. Nacida en Tokio el 22 de octubre de 1917, vivió una extensa carrera que abarcó cine, teatro, radio y televisión, hasta su retiro en 1994 y su fallecimiento en 2013 en Carmel Highlands, California.
Su trayectoria marcó hitos en el cine clásico, incluyendo ser la única actriz en ganar un Oscar actuando para Alfred Hitchcock, cuando recibió el galardón a Mejor Actriz por Sospecha (1941). Fue la hermana menor de Olivia de Havilland —con quien protagonizó una rivalidad pública notable— y una de las pocas actrices nacidas en Japón que ganó una estatuilla.
Orígenes y primeros pasos
- Nacida como Joan de Beauvoir de Havilland en Tokio, hija de padre inglés y madre actriz, se trasladó a California en 1919 junto con su hermana Olivia.
- Para evitar comparaciones con Olivia, adoptó los nombres artísticos Joan Burfield y luego Joan St. John, antes de convertirse definitivamente en Joan Fontaine cuando firmó con RKO en 1935.
Cine: ascenso y consagración
- Su primer papel destacado fue en El hombre que se encontró a sí mismo (1937).
- Participó en producciones como Gunga Din (1939) o Mujeres (1939), pero su gran salto ocurrió con Rebeca (1940) de Alfred Hitchcock, que le valió su primera nominación al Oscar.
- Al año siguiente protagonizó Sospecha (1941), también dirigida por Hitchcock, y obtuvo el Oscar a Mejor Actriz: sigue siendo la única intérprete femenina en lograr ese reconocimiento en una película del maestro británico.
- Recibió una tercera nominación al Oscar por La ninfa constante (1943).
- Otros títulos notables de los años 40 y 50 incluyen:
- Jane Eyre (1943)
- Carta de una desconocida (1948)
- Nacida para el mal (1950)
- Un amor de verano (1950)
- Ivanhoe (1952)
- Isla en el sol (1957)
- Una sonrisa a la vida (1958)
Teatro, televisión y últimas décadas
- En los años 50 se volcó al teatro: protagonizó obras como Tea and Sympathy (1954) y Forty Carats (1968) en Broadway.
- Actuó en numerosas series de televisión, desde Voyage to the Bottom of the Sea (1961) hasta su última aparición en el telefilme Good King Wenceslas (1994).
- En 1978 publicó su autobiografía: No Bed of Roses.
- Fue jurado en el Festival Internacional de Berlín (1982), recibió una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood y una nominación al Emmy por su participación en la serie Ryan’s Hope (1980).
Rivalidad con Olivia de Havilland
La tensión entre las hermanas Fontaine y de Havilland fue persistente y mediática. Joan solía decir con ironía: “Me casé primero, gané el Oscar antes que Olivia… si muero antes que ella, seguramente se enfadará”. Olivia, aunque negó resentimientos, llegó a referirse a Joan como “Dragon Lady”.
Ambas siguen siendo las únicas hermanas en la historia que han ganado un Oscar en categoría principal.
Premios y reconocimientos
- Oscar a Mejor Actriz (1941) por Sospecha, nominada también por Rebeca y La ninfa constante.
- Premio de la Crítica de Nueva York por Sospecha (1941).
- Concha de Plata a Mejor Actriz en el Festival de San Sebastián (1951) por Un amor de verano y Nacida para el mal.
- Estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.
- Premio del Sindicato de Actores a toda una carrera.
Vida personal y legado
- Se nacionalizó estadounidense en 1943.
- Contrajo matrimonio en cuatro ocasiones, una de ellas con el productor William Dozier, con quien adoptó a una hija, Martita.
- Fue amante de los caballos y destacada en competiciones ecuestres.
- Vivió sus últimos años en Villa Fontana, su residencia en Carmel Highlands, donde falleció en 2013 a los 96 años.
Conclusión
Joan Fontaine fue una figura singular del cine clásico: una actriz de belleza refinada, elegancia contenida y gran capacidad dramática que la elevó al estrellato en Hollywood. Su Oscar por Sospecha, su trabajo con Hitchcock, su carrera diversificada en teatro y televisión, junto a su vida privada intensa y la célebre rivalidad con Olivia de Havilland, la convierten en un personaje fascinante que sigue despertando interés.
Su legado perdura en la historia del cine, tanto por sus interpretaciones como por ser un icono de la modernidad femenina en pantalla.
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