HORIZONTES DE GRANDEZA (1958)

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«HORIZONTES DE GRANDEZA» PELÍCULA CLÁSICA COMPLETA EN ESPAÑOL

Horizontes de grandeza – Prisioneros del odio

HORIZONTES DE GRANDEZA. 1958 Fundamental western de la Historia del Cine. Disponible también en Movistar, Filmin y Amazon. Un film ameno rico en matices, que se toma su tiempo 150 minutos que se pasan sin pestañear, pues te atrapa desde el inicio y el ritmo no decae, siempre progresando.

El western es el género cinematográfico genuinamente americano, que ha servido en su singladura para documentar la realidad de la evolución de un país, a través de su iconografía y para servir de metáfora de otros aspectos de su idiosincrasia. Esta película intenta ser al mismo tiempo un relato psicológico de costumbres y un superespectáculo visual, gracias a Franz Planer y su fotografía en Technirama y Technicolor. Reúne por igual una considerable exaltación del medio rural en el que acontece la trama, con grandes movimientos de cámara que intentan transmitir la idea que subyace en el título del film: «The big country». Repleto de grúas, panorámicas y grandes planos generales, con brillantes amaneceres y crepúsculos de ensueño. Wyler con su maestría habitual, vino a cerrar un círculo importante en su trayectoria, ya que había debutado en el cine mudo, rodando westerns de dos bobinas.

La película es rica en matices y está plagada de planos maravillosamente poéticos, sin olvidar una puesta en escena sobria, vigorosa y plena de detalles. Basada en la novela homónima, escrita por Donald Hamilton a partir de su cuento “Emboscada en el Cañón Blanco” y publicada por entregas en 1957 en The Saturday Evening Post con el mismo título del cuento. La historia, en el fondo, es el ocaso de una forma de vida, mediante una confrontación ideológica entre lo nuevo y lo viejo, plantea la arcaica y violenta forma de vida frente nuevos vientos que llegan del este, la vida salvaje frente a la civilización, la cerrazón frente a la lógica.

Mediante unos planos generales de un árido paisaje, al ritmo de una música épica y reconocible de Jerome Morros, con unos sugerentes créditos de Saul Bass, observamos la estela de una diligencia que se acerca a la ciudad, de ella desciende James McKay (Gregory Peck), un capitán de navío retirado, que viaja con su brújula (como símbolo de que conoce su rumbo) desde el Este para casarse con Pat Terrill (Carroll Baker), la hija de un rico ganadero. El choque entre McKay, hombre culto y educado, y los violentos y toscos rancheros es inevitable. Mientras tanto, el padre de Pat y el clan de los Hannassey luchan encarnizadamente por el control del agua para abrevar el ganado. Es el odio recíproco que se profesan ambos patriarcas, el que preside las relaciones sociales en “The big country” (El gran país), naturalmente, todos son prisioneros de ese odio. Un territorio donde la violencia y el orgullo ha enraizado desde la llegada del hombre blanco.

McKay no sólo tendrá que enfrentarse con el capataz Steve Leech (Charlton Heston) un rudo vaquero que “limpia las botas de su amo”, el mayor Terry, sino que incluso su altiva y caprichosa novia se sentirá decepcionada por su comportamiento reacio a la violencia gratuita, que ella entiende como cobardía. Producida por el propio Gregory Peck, cuenta con un grupo de actores excepcionales, incluyendo a Jean Simmons que tiene una influencia decisiva en la trama. Actores que todos conocemos y admiramos. Wyler perteneció a una raza de cineastas que sabían transmitir emoción, sin pretensiones intelectuales y pedantes pero que conocían el lenguaje y la narrativa desde la era silente, eran pioneros maestros que conocían su oficio. ¡Un grandioso western!

Reseña escrita y cedida por Antonio Morales


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