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«El Coleccionista» (1965): Una Joya del Suspenso Psicológico de los Años 60
-Mariposa cautiva-
Introducción
El Coleccionista es un thriller psicológico británico estrenado en 1965 y dirigido por William Wyler, basado en la novela homónima de John Fowles publicada en 1963. La película se adentra en la perturbadora mente de un hombre solitario obsesionado con una joven mujer, explorando la dinámica entre captor y víctima en un entorno claustrofóbico. Con un enfoque psicológico más que físico, el film crea una atmósfera opresiva que atrapa al espectador desde el primer minuto.
Considerada una de las obras más inquietantes del cine británico de los años 60, esta producción combina el suspenso con un retrato minucioso de la psicopatía y la manipulación emocional. La interpretación de Terence Stamp y Samantha Eggar, junto con la dirección meticulosa de Wyler, elevan el material original a una experiencia cinematográfica intensa y elegante, que aún hoy conserva su capacidad de incomodar y fascinar.

Datos técnicos
- Título original: The Collector
- Dirección: William Wyler
- Guion: Stanley Mann y John Kohn, basado en la novela de John Fowles
- Música: Maurice Jarre
- Fotografía: Robert Surtees
- Montaje: David Hawkins
- País: Reino Unido
- Año: 1965
- Género: Thriller psicológico / Drama
- Duración: 119 minutos
- Reparto principal:
- Terence Stamp como Frederick Clegg
- Samantha Eggar como Miranda Grey
- Fecha de estreno: 29 de junio de 1965 (EE.UU.)
Trama
Frederick Clegg, un hombre introvertido y socialmente aislado, gana una considerable suma de dinero en la lotería. Con sus nuevos recursos, adquiere una apartada casa en el campo y la equipa con un sótano que convierte en una especie de celda. Su obsesión por una joven estudiante de arte, Miranda Grey, lo lleva a secuestrarla con la esperanza de que, al pasar tiempo juntos, ella llegue a enamorarse de él.
Miranda, atrapada en este aislamiento forzado, intenta comprender la mente de su captor y buscar la manera de escapar. La relación entre ambos se convierte en un juego psicológico en el que Frederick busca una conexión imposible, mientras Miranda lucha por mantener su dignidad y su libertad. El suspense crece hasta un desenlace inquietante que deja al espectador con un profundo desasosiego.
Producción y rodaje
La película fue producida por Columbia Pictures y rodada principalmente en localizaciones del Reino Unido, incluyendo Sussex y Londres. William Wyler, ya reconocido por éxitos como Ben-Hur y Vacaciones en Roma, se sintió atraído por la carga psicológica de la historia y por el desafío de sostener la tensión con solo dos personajes principales durante la mayor parte del metraje.
Wyler cuidó al extremo la dirección de actores, buscando reacciones auténticas y matices emocionales. El rodaje fue exigente: se trabajó en orden cronológico para que las interpretaciones reflejaran de forma natural el deterioro físico y emocional de los personajes. La fotografía de Robert Surtees aprovechó los espacios reducidos para aumentar la sensación de encierro.
Anécdotas y curiosidades
- Samantha Eggar y Terence Stamp vivieron una tensión real durante el rodaje debido al método de trabajo de Wyler, que fomentaba el distanciamiento entre ambos para intensificar las interpretaciones.
- Eggar ganó el premio a Mejor Actriz en el Festival de Cannes de 1965, aunque confesó que el rodaje fue una de las experiencias más duras de su carrera.
- William Wyler realizó múltiples tomas de cada escena, en ocasiones superando la veintena, para capturar el matiz exacto que buscaba.
- La película generó controversia en su época por la temática del secuestro y el tratamiento de la relación entre captor y víctima, un enfoque poco común en el cine comercial de los 60.
Premios y reconocimientos
- Festival de Cannes 1965:
- Mejor Actriz (Samantha Eggar)
- Mejor Actor (Terence Stamp)
- Premios Óscar 1966:
- Nominada a Mejor Dirección (William Wyler)
- Nominada a Mejor Actor (Terence Stamp)
- Nominada a Mejor Actriz (Samantha Eggar)
- Premios BAFTA 1966:
- Nominada a Mejor Actor Británico (Terence Stamp)

Conclusión
El Coleccionista es un ejemplo magistral de cómo el cine puede explorar los rincones más oscuros de la mente humana sin necesidad de recurrir a la violencia explícita. Su atmósfera opresiva, el duelo interpretativo entre Stamp y Eggar, y la impecable dirección de Wyler hacen que esta obra siga siendo inquietante y vigente seis décadas después de su estreno.
Motivo para verla: Porque es una clase magistral de suspense psicológico, donde cada mirada, cada silencio y cada gesto cuentan más que las palabras, atrapando al espectador en un cautiverio emocional tan intenso como el de su protagonista.

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