La Huida 1972

«La Huida» (1972)

La Huida (1972): El crimen como vía de redención en el cine de acción setentero

Dirigida por Sam Peckinpah y protagonizada por Steve McQueen y Ali MacGraw, La Huida es un thriller de acción con alma de western moderno, donde la violencia y el amor se entrelazan en una carrera desesperada hacia la libertad.

La Huida 1972

Ficha técnica básica

  • Título original: The Getaway
  • Año de estreno: 1972
  • Dirección: Sam Peckinpah
  • Guion: Walter Hill, basado en la novela de Jim Thompson
  • Protagonistas: Steve McQueen, Ali MacGraw, Ben Johnson, Al Lettieri, Sally Struthers
  • Duración: 123 minutos
  • País: Estados Unidos
  • Género: Thriller, Acción, Crimen
  • Música: Quincy Jones
  • Productor: David Foster, Mitchell Brower
  • Estudio: Solar Productions / First Artists

Contexto histórico y cinematográfico

«La Huida» surge en un momento clave para la industria cinematográfica de Hollywood. A comienzos de la década de 1970, el sistema de estudios tradicionales se encontraba en decadencia. Las nuevas generaciones de espectadores exigían historias más realistas, menos edulcoradas y con personajes moralmente ambiguos. Es lo que dio lugar a lo que hoy se conoce como el «Nuevo Hollywood», una etapa en la que cineastas como Scorsese, Coppola, Altman y Peckinpah encontraron el espacio para contar historias crudas, violentas y emocionalmente complejas.

La Huida 1972

Sam Peckinpah, en particular, ya había dejado huella con filmes como «Grupo Salvaje» (The Wild Bunch, 1969), donde revolucionó el lenguaje visual de la violencia en el cine. «La Huida» representa su inmersión en el thriller criminal contemporáneo, pero con su sensibilidad de autor intacta: personajes marcados por la desconfianza, un uso meticuloso del montaje y una visión profundamente cínica de la sociedad y sus instituciones.

La presencia de Steve McQueen, por entonces uno de los actores más populares del mundo, aseguró la atención del público masivo, pero también supuso tensiones creativas. McQueen no solo protagonizó, sino que influyó en el montaje final, buscando consolidar su imagen de antihéroe estoico y carismático.


Sinopsis (sin spoilers)

Doc McCoy (Steve McQueen) es un experto en atracos que lleva cuatro años encerrado en una cárcel de Texas. Hartamente frustrado por la negativa de su condicional, recurre a su esposa Carol (Ali MacGraw), quien acude a un poderoso hombre corrupto, Jack Beynon, para conseguir su liberación. La condición: que Doc realice un último trabajo para él.

El robo a un banco, planeado meticulosamente, se convierte en el catalizador de una trama que escapa de los esquemas típicos. Traiciones, tensiones internas en el grupo de ladrones, y una red de corrupción e intereses que se extiende desde la mafia local hasta las propias autoridades. Doc y Carol, perseguidos por la ley y por los criminales a los que han traicionado, emprenden una huida desesperada hacia la frontera con México. Pero el viaje no solo es físico: también es una prueba emocional y moral que los confronta con su confianza mutua, su amor y su pasado.


Dirección y estilo visual

Sam Peckinpah emplea en «La Huida» muchas de las técnicas que lo hicieron legendario, pero adaptadas al cine criminal moderno. El montaje rápido, con saltos temporales, yuxtaposiciones y sobreposiciones, ya está presente desde las primeras secuencias en la prisión. Se trata de una narración no lineal que da acceso a la psicología del protagonista y refleja la alienación y ansiedad del encierro.

Las escenas de acción, que podrían parecer convencionales en una sinopsis, están elevadas por el enfoque de Peckinpah: violencia cruda, sin romanticismo, mostrada con realismo y consecuencias. Cada disparo duele, cada persecución agota. Sin embargo, el ritmo está perfectamente equilibrado, combinando momentos de tensión extrema con pausas introspectivas que permiten explorar las emociones de los personajes.

Peckinpah también filma los paisajes texanos con mirada de western, acentuando el paralelismo entre la figura del forajido clásico y el criminal contemporáneo. La frontera con México no es solo una meta geográfica, sino un símbolo de libertad, de borrón y cuenta nueva, en una sociedad donde las segundas oportunidades están negadas por sistema.


Actuaciones y química interpretativa

Steve McQueen, en la cúspide de su carrera, entrega una actuación contenida pero cargada de intención. Su Doc McCoy habla poco, pero transmite mucho. McQueen domina la escena con una mezcla de frialdad, dignidad y violencia contenida. En una era donde los héroes del cine empezaban a mostrar fisuras morales, McQueen supo construir un personaje que es tanto una figura de acción como un hombre roto por dentro.

Ali MacGraw, aunque no tenía un trasfondo actoral tan sólido como McQueen, consigue una interpretación sorprendentemente efectiva. Carol no es la típica «novia del criminal»: tiene voz propia, toma decisiones cruciales, y no teme enfrentarse a su esposo cuando es necesario. Su química con McQueen, en parte alimentada por la relación sentimental que iniciaron durante el rodaje, aporta autenticidad y profundidad emocional a la pareja protagonista.

La huida 1972
Steve McQueen y Ali MacGraw

El villano, Rudy Butler (Al Lettieri), es uno de los elementos más memorables del film. Su violencia impredecible y su sadismo sórdido contrastan con su aspecto vulgar y casi cotidiano. Lettieri compone a un criminal sin ética ni código, cuyo comportamiento pone en jaque incluso a sus propios aliados. Su subtrama con una joven secuestrada añade un matiz grotesco y perturbador que eleva el conflicto.


Música de Quincy Jones

La música, compuesta por Quincy Jones, introduce un contrapunto sonoro que evita caer en lo previsible. Jones, conocido por su habilidad para mezclar géneros, crea una partitura que se mueve entre el jazz, el soul y los sonidos atmosféricos. La música subraya la tensión emocional y psicológica de los protagonistas sin resultar intrusiva.

En lugar de optar por un acompañamiento puramente rítmico o de acción, Jones compone temas que refuerzan la soledad, la desconfianza y el deseo de escapar. Su colaboración con Peckinpah es clave para crear un tono único que distingue a «La Huida» de otros thrillers de la época.


Temas y simbolismo

En el corazón de «La Huida» no solo hay una historia de crimen y persecución, sino una reflexión sobre la confianza, la corrupción del sistema, el poder redentor del amor y los límites de la lealtad. El matrimonio entre Doc y Carol se convierte en una prueba constante, donde las decisiones pasadas y las mentiras amenazan con destruir su alianza, incluso más que los enemigos externos.

El dinero robado, lejos de representar libertad inmediata, se transforma en una carga simbólica: la «maldición del botín» es un tema clásico del cine negro, y aquí se acentúa. A cada paso, ese dinero atrae la violencia, la codicia y la traición.

La frontera con México, constante en el cine de Peckinpah, actúa como metáfora: cruzarla no es solo escapar, es reinventarse, dejar atrás un mundo podrido. En este sentido, «La Huida» es tanto una película de acción como un drama sobre la esperanza y la posibilidad de redención, incluso para los personajes más quebrados.


Recepción y legado

En su estreno, «La Huida» fue un éxito rotundo en taquilla. Recaudó más de 36 millones de dólares, cifra notable para la época. Aunque la crítica estuvo dividida (algunos señalaron una supuesta frialdad emocional o lo plano de ciertos personajes), con el tiempo fue revalorizada como una pieza esencial del cine criminal estadounidense.

El film también consolidó a Steve McQueen como el rey absoluto del cine de acción de los 70 y dio a Ali MacGraw una nueva dimensión actoral. En cuanto a Peckinpah, «La Huida» es una de sus obras más accesibles para el público general, pero sin sacrificar su estilo personal.

En 1994, se realizó un remake protagonizado por Alec Baldwin y Kim Basinger. Aunque más estilizado visualmente, carece del peso emocional y la profundidad de la versión original. La película de 1972 sigue siendo la referencia definitiva.


Curiosidades

  • Steve McQueen exigió controlar el montaje final de la película, algo inusual para un actor. Esto generó tensiones con Peckinpah pero también le permitió mantener su imagen cuidadosamente construida.
  • La relación amorosa entre McQueen y MacGraw nació durante el rodaje, lo que generó gran atención mediática. MacGraw incluso abandonó a su entonces esposo, el productor Robert Evans.
  • El personaje de Rudy, interpretado por Al Lettieri, es considerado uno de los villanos más carismáticos del cine de los 70. Su subtrama con la joven interpretada por Sally Struthers añade un tono grotesco y perturbador.
  • Parte de las escenas más tensas fueron filmadas en la ciudad de San Antonio, Texas, y muchas locaciones reales se utilizaron sin decorados artificiales.

Conclusión

«La Huida» es mucho más que un thriller: es un retrato complejo de personajes atrapados en sus decisiones, de un sistema corrupto que niega segundas oportunidades, y de una relación que intenta sobrevivir a pesar de la violencia que los rodea. Sam Peckinpah logra una obra contundente, estilizada pero visceral, donde cada escena suma capas a una narrativa que sigue siendo moderna incluso medio siglo después.

En el vasto panteón del cine de acción y crimen, «La Huida» destaca por su mezcla de intensidad emocional, estilismo visual y profundidad humana. Es una película imprescindible para todo amante del buen cine.

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