MARTY: EL CHICO TRABAJA…
MARTY. Entre las contadas representaciones de los medios obreros en Hollywood se nos plantea en relación a un puñado de pequeñas producciones realizadas o escritas por alguno de los componentes de la llamada «generación de la TV«, es decir, de aquellos cineastas que pasaron por la experiencia de los programas dramáticos para TV antes de debutar en el Cine. Las dos obras más significativas, planteadas en un tono intimista frente a la épica de La ley del silencio, son Marty (Marty/ D. Mann, 1955) y The Catered Affair (R. Brooks, 1956), que tienen el nexo común del trabajo de Paddy Chayefsky al guion a partir de obras para TV previas, en una línea semejante a la que significaría el gran éxi¡o de la adaptación fílmica de Doce hombres sin piedad (Twelve Angry Men/S. Lumet, 1957).
Marty, narra con la máxima sencillez los amores entre un vulgar carnicero italoamericano del Bronx de treinta y cuatro años (encarnado por el casi desconocido secundario Ernest Borgnine) y una joven no especialmente llamativa a quien conoce en un baile de sábado por la tarde en el Stardust Dance Hall y con la que osa cumplir su vago. deseo estimu]ado por su madre de contraer matrimonio. Lo banal y rutinario de los personajes y sus vivencias que hizo reclamar la influencia de Neorrealismo tiene el contrapeso de la exactitud en la descripción de ambientes, personajes y situaciones, abriendo no sólo una nueva vía de inspiración en el decadente Hollywood de procedencia televisiva sino que también instaurando una forma de socio-realismo «ad hoc«, con un especial relieve a los orígenes étnicos de los personajes. Entre ellas, la gran Betsy Blair (Calle mayor)
El éxito de Marty, primera película norteamericana ganadora de la Palma de Oro del Festival de Cannes, significó la adaptación fílmica de The Catered Affair, otra obra televisiva de Chayefsky, aunque ahora reescrita por Gore Vidal y dirigida por Richard Brooks, un cineasta ajeno a la TV, también protagonizada por Ernest Borgnine. Aquí se trataba de los apuros de la modesta familia de un taxista neoyorquino cuando ante la boda de la hija la madre pretende organizar una gran fiesta, al tiempo que contemplamos los desvelos del padre por conseguir un taxi propio que le permita independizarse. Por tanto, sigue los trazos de Marty, en cuanto al retrato de las formas de vida de la clase trabajadora de origen europeo, sobre todo del neorrealismo italiano.
La película es la mejor de su director, fue un éxito, su luz brilla todavía (Filmin).
Premios
1955: 4 Oscars: Mejor película, director, actor (Borgnine) y guión. 8 nominaciones
1955: Globos de Oro: Mejor actor drama (Ernest Borgnine)
1955: Premios BAFTA: Mejor actor (Borgnine) y actriz extranjera (Blair). 3 nominaciones
1955: Festival de Cannes: Palma de Oro (mejor película)
1955: Sindicato de Directores (DGA): Mejor director
1955: Sindicato de Guionistas (WGA): Mejor guión drama
Reseña cedida por Pepe Gutiérrez Álvarez
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