«Un Retazo de Azul» (1965)

Un retazo de azul (1965): Amor, racismo y esperanza en el cine clásico estadounidense

Introducción

Un retazo de azul (título original: A Patch of Blue) es una película dramática estadounidense estrenada en 1965, dirigida, escrita y producida por Guy Green. Basada en la novela Be Ready With Bells and Drums de Elizabeth Kata, esta obra trata temas profundos y provocadores como el racismo, la pobreza, el abuso doméstico y la discapacidad visual, todo ello en el contexto social de la década de 1960, marcada por el movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos.

La película es notable por ser una de las primeras producciones de Hollywood que retrató una relación interracial de manera directa y con una carga emocional significativa, desafiando los tabúes raciales de su tiempo. El reparto cuenta con las interpretaciones inolvidables de Sidney Poitier, Shelley Winters y Elizabeth Hartman, cuya actuación debutante le valió una nominación al Oscar.

UN RETAZO DE AZUL 1965

Datos Técnicos

  • Título original: A Patch of Blue
  • Título en español: Un retazo de azul
  • Año de estreno: 1965
  • País: Estados Unidos
  • Duración: 105 minutos
  • Género: Drama social
  • Idioma original: Inglés
  • Director: Guy Green
  • Guion: Guy Green (adaptación de la novela de Elizabeth Kata)
  • Productor: Guy Green
  • Música original: Jerry Goldsmith
  • Fotografía: Robert Burks (en blanco y negro)
  • Montaje: Pat Somerset
  • Diseño de producción: George W. Davis
  • Estudio: Pandro S. Berman Productions
  • Distribución: Metro-Goldwyn-Mayer (MGM)
  • Formato: 35 mm, blanco y negro, sonido monoaural (Westrex Recording System)

Reparto Principal

  • Sidney Poitier como Gordon Ralfe
  • Elizabeth Hartman como Selina D’Arcey
  • Shelley Winters como Rose-Ann D’Arcey
  • Wallace Ford como Ole Pa (el abuelo de Selina)
  • Ivan Dixon como Mark Ralfe (hermano de Gordon)
  • John Qualen como Mr. Faber
  • Elisabeth Fraser como Sadie
  • Debi Storm como Norma
  • Kelly Flynn como el niño en el parque

Sinopsis

Un retazo de azul narra la historia de Selina D’Arcey, una joven ciega que vive en condiciones miserables con su madre abusiva y su abuelo alcohólico. Un día, mientras está en un parque público, conoce a Gordon Ralfe, un joven afroamericano educado, sensible y generoso, con quien establece una relación amistosa y posteriormente afectiva. Sin saber que Gordon es negro, Selina encuentra en él por primera vez comprensión, respeto y cariño, elementos ausentes en su vida marcada por el maltrato y la marginación.

La historia se desarrolla con gran sensibilidad, enfocándose en la creciente conexión emocional entre Selina y Gordon. A pesar de las diferencias sociales y raciales, y de la oposición violenta de la madre de Selina, Gordon se convierte en su protector y guía, ayudándola a imaginar un futuro más allá de las sombras físicas y sociales en las que ha vivido toda su vida.


Producción y Dirección

La película fue dirigida y escrita por el británico Guy Green, quien ya contaba con experiencia previa como director de fotografía y había ganado un Oscar por Great Expectations (1946). En Un retazo de azul, Green logra un equilibrio excepcional entre el mensaje social y la intimidad emocional, utilizando un estilo visual austero en blanco y negro que refuerza la metáfora de la ceguera, tanto literal como simbólica.

Rodada en su mayor parte en locaciones reales y con presupuestos moderados, la película se distingue por su fotografía intimista, enfocada en los rostros y las emociones de los personajes, lo que potencia la empatía del espectador. La elección de Sidney Poitier como protagonista fue crucial para el impacto de la historia, ya que Poitier era una figura icónica en la lucha por los derechos civiles y uno de los pocos actores afroamericanos que protagonizaban películas en Hollywood en aquella época.

UN RETAZO DE AZUL 1965

Interpretaciones Memorables

Sidney Poitier como Gordon Ralfe

Poitier ofrece una interpretación conmovedora y contenida. Su personaje, un hombre culto, paciente y empático, sirve como contraste a la brutalidad del entorno de Selina. La actuación de Poitier evita caer en el sentimentalismo, optando por una presencia cálida y profundamente humana. Su papel fue especialmente significativo en una época en la que las relaciones interraciales en el cine eran aún un tema tabú, siendo Poitier uno de los pioneros en romper esas barreras.

Elizabeth Hartman como Selina D’Arcey

Con solo 21 años y en su debut cinematográfico, Elizabeth Hartman impresionó a la crítica por su capacidad para transmitir inocencia, sufrimiento y determinación. Su interpretación de una joven ciega con un pasado trágico, pero con esperanza en el porvenir, es conmovedora sin caer en el melodrama. Su nominación al Oscar como Mejor Actriz fue histórica, siendo una de las más jóvenes en esa categoría en aquel entonces.

Shelley Winters como Rose-Ann D’Arcey

Ganadora del Oscar a Mejor Actriz de Reparto por este papel, Winters retrata a la madre de Selina con una intensidad perturbadora. Su personaje es abiertamente racista, abusiva y violenta, y su actuación logra canalizar la brutalidad del entorno que rodea a la protagonista, convirtiéndose en una de las villanas más memorables del cine social estadounidense.


Temáticas y Simbolismo

La película aborda múltiples temáticas sociales de manera directa pero con gran sensibilidad:

  • Racismo y relaciones interraciales: Uno de los aspectos más relevantes del filme es su representación de una relación interracial en tiempos donde tales vínculos eran mal vistos o directamente prohibidos en varios estados del sur de EE. UU. Aunque la película evita mostrar un beso entre los protagonistas en la versión estrenada en ciertos mercados, fue pionera en desafiar las normas sociales de la época.
  • Discapacidad y marginación: Selina no solo es ciega, sino también víctima del abandono institucional. Su historia simboliza cómo las personas con discapacidad, especialmente mujeres pobres, sufrían doble o triple discriminación.
  • Educación y superación personal: Gordon representa el acceso al conocimiento y la posibilidad de una vida distinta. La relación entre ambos es una metáfora de liberación a través de la empatía, el aprendizaje y la independencia.
  • Color como símbolo: El título mismo hace alusión a un pequeño «retazo de azul», un recuerdo que Selina guarda como símbolo de belleza y libertad. El uso del blanco y negro refuerza visualmente esa búsqueda de color y significado en una vida sumida en sombras.

Recepción y Crítica

En su momento, Un retazo de azul fue aclamada tanto por el público como por la crítica. Se valoró especialmente su valentía al abordar temas controvertidos de forma accesible pero sin comprometer su mensaje social. La película fue un éxito de taquilla y contribuyó a consolidar el estatus de Sidney Poitier como actor de referencia en dramas sociales.

Algunos sectores conservadores criticaron el enfoque racial y la relación central, lo que llevó a que la película fuera censurada en varios estados del sur de EE. UU., especialmente por mostrar cercanía física entre un hombre negro y una mujer blanca. Sin embargo, su popularidad creció gracias al boca a boca, y con el tiempo fue reconocida como una obra clave del cine con conciencia social.


Premios y Nominaciones

  • Oscar 1966 – Mejor Actriz de Reparto: Shelley Winters (ganadora)
  • Nominaciones al Oscar:
    • Mejor Actriz Principal: Elizabeth Hartman
    • Mejor Fotografía (B/N): Robert Burks
    • Mejor Dirección Artística (B/N)
    • Mejor Banda Sonora Original: Jerry Goldsmith
  • Festival de Cine de Venecia 1965: Premio Pasinetti a Elizabeth Hartman por su interpretación
  • Nominaciones al Globo de Oro y otras premiaciones de crítica internacional por su impacto social
UN RETAZO DE AZUL 1965

Legado y Relevancia Cultural

Con el paso de los años, Un retazo de azul ha adquirido un estatus de película de culto dentro del cine clásico y del cine de denuncia social. Su relevancia radica no solo en su mensaje antirracista y humanista, sino también en su tratamiento de temas sensibles como la discapacidad, el abuso doméstico y la redención a través del contacto humano.

La película ha sido objeto de análisis académico en cursos de cine, sociología y derechos humanos, y se sigue proyectando en festivales y retrospectivas. En la filmografía de Poitier, marca uno de sus trabajos más emotivos junto a Los lirios del valle (1963) y En el calor de la noche (1967).


Curiosidades

  • Shelley Winters donó su Oscar al Museo de Derechos Civiles de Alabama como gesto simbólico, debido al contenido social del film.
  • En algunas versiones para televisión en el sur de EE. UU., se recortaron escenas de contacto físico entre Poitier y Hartman.
  • La película fue filmada en blanco y negro deliberadamente, pese a que el color ya era el estándar, para acentuar la metáfora de la ceguera y el contraste moral entre personajes.

Conclusión

Un retazo de azul no es solo un drama conmovedor, sino también un documento social que retrata con honestidad la lucha por la dignidad humana en un contexto adverso. La unión de un reparto excelente, una dirección sensible y una historia profundamente humana convierte a esta película en una joya del cine clásico que sigue vigente hoy por su mensaje de esperanza, inclusión y compasión.

Un retazo de azul BdR (A Patch of Blue)

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