Ver Forja de Hombres 1938

Ver «Forja de hombres» (1938): El drama social que consagró a Spencer Tracy

Ver "Forja de hombres" (1938), el clásico protagonizado por Spencer Tracy que refleja la vida en un reformatorio juvenil y se convirtió en un referente del cine social de los años 30.

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«Un relato de disciplina, redención y esperanza en uno de los grandes clásicos de la Metro-Goldwyn-Mayer»

Introducción

Estrenada en 1938, Forja de hombres (Boys Town) es una de esas películas que trascendieron su tiempo para convertirse en un símbolo de compromiso social y de valores humanos. Dirigida por Norman Taurog y protagonizada por Spencer Tracy y un jovencísimo Mickey Rooney, el filme narra la historia de un sacerdote que funda una institución para dar segundas oportunidades a jóvenes delincuentes.

La cinta no solo conquistó a la crítica y al público de su época, sino que también consolidó la imagen de Tracy como uno de los actores más sólidos de Hollywood. Al mismo tiempo, la película ofreció una mirada sincera y conmovedora a la problemática juvenil en plena Gran Depresión, dejando un legado que sigue vigente en la historia del cine clásico.

Forja de Hombres 1938

Datos técnicos

  • Título original: Boys Town
  • Año de estreno: 1938 (Estados Unidos: 8 de septiembre)
  • Director: Norman Taurog
  • Productor: John W. Considine Jr.
  • Guion: John Meehan y Dore Schary
  • Música: Edward Ward
  • Fotografía: Sidney Wagner
  • Productora: Metro-Goldwyn-Mayer (MGM)
  • Reparto principal:
    • Spencer Tracy como el Padre Edward J. Flanagan
    • Mickey Rooney como Whitey Marsh
    • Henry Hull como Dave Morris
    • Leslie Fenton como Dan Farrow
    • Gene Reynolds como Tony Ponessa

Trama

El Padre Edward Flanagan, un sacerdote con gran sentido de la justicia, decide fundar Boys Town, una institución en Omaha destinada a acoger a jóvenes delincuentes y darles una segunda oportunidad en la vida. Su visión es clara: “No existen chicos malos, solo malos ambientes”.

La llegada de Whitey Marsh, un adolescente rebelde y desafiante, pondrá a prueba la paciencia y los principios del Padre Flanagan. Aunque Whitey se resiste a la disciplina y a la idea de redención, poco a poco la convivencia y el ejemplo del sacerdote empiezan a transformar su carácter.

El enfrentamiento entre los valores de la comunidad y la dureza de la calle desemboca en un relato de superación y humanidad que refleja la importancia de la educación, la empatía y la confianza en los jóvenes como futuro de la sociedad.


Producción y rodaje

La Metro-Goldwyn-Mayer apostó por llevar al cine la historia real del Padre Edward J. Flanagan, fundador de Boys Town en Nebraska. Spencer Tracy, meticuloso en su preparación, pasó tiempo con el propio sacerdote para comprender su filosofía y reflejarla con autenticidad en pantalla.

El rodaje se realizó en gran parte en los estudios de MGM, aunque también se incluyeron exteriores inspirados en la verdadera institución. El realismo y la humanidad del guion fueron claves para que la película trascendiera como un drama con fuerte carga social.


Anécdotas y curiosidades

  • Spencer Tracy ganó el Óscar al Mejor Actor, pero se negó a quedarse con la estatuilla y la entregó al verdadero Padre Flanagan, como muestra de respeto.
  • El éxito del filme llevó a una secuela en 1941 titulada Men of Boys Town, nuevamente con Tracy y Rooney como protagonistas.
  • La frase del Padre Flanagan, “There is no such thing as a bad boy” (“No existen chicos malos”), se convirtió en lema universal de la institución y parte del legado del filme.
  • Mickey Rooney recibió excelentes críticas por su papel, demostrando su versatilidad y consolidándose como uno de los jóvenes talentos más prometedores de MGM.

Premios y reconocimientos

  • Premios Óscar 1939:
    • Ganó Mejor Actor (Spencer Tracy).
    • Ganó Mejor Historia Original (Eleanore Griffin y Dore Schary).
    • Nominada a Mejor Película.
    • Nominada a Mejor Director (Norman Taurog).
  • En 2004, la película fue seleccionada para su preservación en el Registro Nacional de Cine de Estados Unidos por su importancia cultural e histórica.

Conclusión

Forja de hombres (1938) es un ejemplo brillante de cómo el cine puede inspirar y, al mismo tiempo, generar conciencia social. Con actuaciones memorables y un mensaje de esperanza, la película sigue conmoviendo a los amantes del cine clásico más de ocho décadas después de su estreno.

Motivo para verla

Hay que ver Forja de hombres porque es un testimonio de humanidad y fe en la juventud, una obra donde Spencer Tracy ofrece una de sus interpretaciones más emblemáticas y que demuestra cómo el cine puede ser motor de valores y reflexión.


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